La
globalización ha sido considerada como un cambio
fundamental de la economía y política mundial
desde la revolución industrial (Mander,1996). Este
nuevo diseño ha sido producto de la expansión
del sistema capitalista, el cual mantiene un
control de las nuevas tecnologías y domina
nuevas fuentes de acumulación de capital y
ganancias.
La adopción
de políticas neo-librales continuará ofreciendo
un desafío al desarrollo social, el cual se define
como una intervención planificada de los estados
nacionales. En la actualidad, la velocidad
del cambio se encuentra motivada por los
intereses de las corporaciones, el flujo de inversiones
extranjeras, altas tasas de la deuda pública, y
las nuevas relaciones de dominación y
dependencia establecidas por la hegemonía del capital
mundial. Elliot
(2000), en un comentario sobre las protestas masivas de
miles de individuos contra la organización
de comercio mundial en sus reuniones en
Seattle, Washington, en Noviembre del año dos
mil, concluye que la globalización es “la forma
mas avanzada del capitalismo (por ahora).”
Este autor sostiene que aunque el capitalismo
es uno de los sistemas que puede producir
grandes riquezas en el mundo actual, es también una
fuerza de profunda destrucción. La expansión
de los mercados y la protección de los
territorios conquistados han dominado las relaciones
internacionales del mundo moderno. Lejos de ser
un intercambio abierto de bienes y servicios,
el comercio ha sido usado como herramienta
política con propósitos de ejercer poder
internacional. La rápida expansión de los mercados
globales empujan hacia la utilización del comercio
como una herramienta de control de las
economías nacionales, de los sectores industriales,
y de aquellos países pequeños donde los
intereses de los negocios transnacionales
operan en relación a las grandes compañías
globales El sector
técnico-industrial, tal como las telecomunicaciones,
la computación, y las finanzas
internacionales, han experimentado un crecimiento
asombroso, al mismo tiempo que una baja
increíble en los últimos años. Los factores que
explican el rápido crecimiento de estos
sectores son los siguientes: el resurgimiento
económico después de la crisis Asiática,
los controles de varias economías nacionales,
la alianza y consolidación de negocios y
compañías, y una creciente concentración
de la propiedad de la riqueza. La naturaleza
cíclica de la economía mundial conlleva
ciertamente crisis como se ha demostrado
en repetidas ocasiones en las correcciones
de los mercados de capital en los Estados
Unidos, Europa, y Asia durante los últimos
años. En la economía global, sin embargo,
estos altos y bajos de crecimiento y de crisis,
contribuyen aun más a la concentración de los
recursos financieros mundiales en pocasmanos y con limitadas normas y regulaciones.
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