En
los estados latinoamericanos se deben desarrollar políticas tendentes a la
estabilidad macroeconómica, a través del desarrollo del sector privado, atracción
de capitales e inversiones nacionales y extranjeras, control de los procesos
inflacionarios, políticas sociales que disminuyan la diferencia que existe
entre pobres y ricos, así como la inequidad en la distribución de los ingresos,
tienen que implementar avances en la productividad y competitividad, sin dejar
de lado programas sociales que compensen a los grupos más desfavorecidos ante
los efectos de los ajustes económicos. No se puede olvidar la necesidad de
consolidar la capacidad de la administración pública al interior de los
estados, tener regulaciones adecuadas para el funcionamiento de las empresas
privadas, la libre competencia y la protección al consumidor, tener un adecuado
y eficaz sector judicial que otorgue ciertas garantías. El desarrollo
tecnológico es de vital importancia y éste tiene su origen en los sistemas
educativos, los cuales se tienen que rediseñar y lograr que lleguen a la mayor
cantidad de gente.
Debe
darse una modernización de los sistemas financieros, con la finalidad que
alcance el mayor grado de eficiencia posible, esto permitirá aprovechar mejor
todas las oportunidades que la globalización trae consigo.
En el aspecto económico, la globalización significa la apertura de mercados
internacionales y el flujo acelerado de capital e inversión. Todo esto ha dado
como resultado una mayor integración de las economías a nivel mundial. Se ha
intensificado la creación de áreas de libre comercio, con lo que se va dando
mayor inclusión a más Estados. La globalización económica ha estandarizado los
patrones de producción y consumo ya que de acuerdo con la ideología económica
de la globalización los mercados integrados funcionan de manera más eficiente.
Los países deben pasar por periodos de adaptación al integrarse a la
globalización económica, ya que en el corto plazo las economías sufren
desequilibrios bruscos. La apertura e integración de los mercados
internacionales hace muy vulnerables a los nacionales debido a la volatilidad
de los flujos de capital. Para enfrentar los riesgos que ésta inserción
conlleva es necesario desarrollar políticas que puedan equilibrar los efectos
negativos que se generan mientras se logran adaptar a las nuevas condiciones económicas.
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